Si preguntamos a la mayoría de españoles cuál es su profesión frustrada, su hobby favorito, muchos de ellos nos dirían la fotografía. Somos muchos los que nos encanta plasmar en imágenes todo lo que vemos. Pero hay una cosa que es cierta, es muy complicado sacar una buena fotografía. En mi caso, me encanta fotografiar todas esas cosas de estilo vintage que me voy encontrando. La calidad de las imágenes, en muchos casos, no es muy buena debido a que mi cámara no ayuda, pero tengo una gran colección de fotos vintage, muchas de ellas, de gran valor.
Es fundamental, por tanto, tener una buena cámara para hacer fotos profesionales. Parece un consejo simple, pero hay ocasiones en que lo más obvio se nos olvida.
Otra de los aspectos imprescindibles a la hora de sacar una buena fotografía es tener la cámara muy cerca. Una de las peores manías que tenemos es sujetar la cámara con los brazos estirados. De esta forma, la imagen pierde nitidez debido a que nuestro cuerpo es menos estable.
Uno de los consejos que más impresionan a quienes quieren obtener fotografías de calidad es el del flash. Y es que, aunque nos parezca mentira, es recomendable que, aunque sea de día, usemos el flash. La razón es que si lo utilizamos, evitaremos que se cuelen rayos de luz inesperados.
Aconsejable es también buscar diferentes ángulos para encontrar distintas perspectivas, siendo una de ellas la fotografía perfecta. En muchas ocasiones tendemos a ver el elemento que queremos fotografiar y disparar, como si fuésemos de “gatillo fácil”. Pues bien, hay que pararse y estudiar las distintas opciones para encontrar la perspectiva ideal.
Otro de los consejos que más puede servir es ser, precisamente, de “gatillo fácil”. Fotografiar buscando la improvisación. Algunas de las mejores fotografías, especialmente las históricas y humanas se han sacado a través de esta técnica. Hay momentos que solo pueden fotografiarse de esta forma. Un abrazo, un beso, un rescate…no hay tiempo para pararse y buscar la perspectiva.
Por último, uno de los consejos que marcarán la calidad de la fotografía, el encuadre. Y, especialmente, el encuadre del encuadre. Parece difícil, pero es más fácil de lo que parece. En muchas ocasiones, un monumento se encuentra detrás de una puerta histórica, de algún pasadizo. Sacar de fondo este lugar encuadrado con dicha puerta nos permite tener una estampa sin parangón. Esto es uno de los consejos más difíciles de llevar a cabo. De ahí que separe la línea entre la profesionalidad o una simple fotografía. ¿Te atreves a intentarlo?