sopa de ajo

Con unos pocos ingredientes, una buena sartén y una cazuela, puedes prepararte una suculenta sopa de ajo, una de esas recetas que entran de maravilla durante el invierno.

También llamada sopa castellana, aunque cuenta con diferentes variantes en varias regiones de España, contiene fundamentalmente caldo o agua, pan (habitualmente el sobrante de días anteriores, laurel, pimentón, aceite de oliva, ajo y huevo escalfado).

Origen de la sopa de ajo

El origen de esta receta no está claro, aunque se cree que su composición básica, es decir, agua, pan y ajo, lleva preparándose desde hace muchos siglos.

Sí se sabe que el ajo tiene su origen en Asia central, y que desde allí llegó a las tierras del mediterráneo a través de los puertos egipcios. Ya hace 4000 años el ajo era un alimento habitual entre los esclavos de Egipto.

La costumbre de comer sopas de ajo es muy antigua en España. Mientras que al amanecer era habitual tomar un café, la sopa de ajo solía comerse a la hora del almuerzo, de modo que sus propiedades sirvieran para reponer fuerzas y continuar con el trabajo. Se les solía añadir un par de huevos, que se cocían con el calor de la propia sopa.

En algunos lugares de España la sopa de ajo es un plato típico de la cuaresma debido a que no contiene carne. Por ejemplo, en Zamora es habitual tomarla tras las procesiones nocturnas de Semana Santa.

La sopa de ajo es un alimento excelente para ingerir después de noches de mucha actividad. Su ingesta matutina es muy recomendable por ser de fácil digestión y por actuar sobre la mucosa estomacal que se encuentre irritada por los abusos (lo que en román paladino quiere decir que es muy buena para la resaca y otros efectos del alcohol).

Receta de la sopa de ajo

Existen diferentes versiones de la sopa de ajo, algunas con chorizo, tocino y jamón, y otras, las más clásicas, sin estos ingredientes.

Cuando se prepara en Semana Santa lo más habitual es prepararla sin carne, aunque para compensar se les suele añadir huevos. De este modo la receta aporta los carbohidratos del pan y del ajo y las proteínas del huevo, convirtiéndola en una auténtica bomba energética, muy reconfortante para los días fríos.

Ingredientes de la sopa de ajo

A continuación te presentamos los ingredientes que necesitarás para preparar una sopa de ajo proteínica que no es muy aconsejable para la Semana Santa por contener carne, pero que entra de maravilla durante el resto del año, especialmente durante los fríos días del invierno. Como primer plato en Navidad no tiene precio.

Estos son los componentes para 4 comensales:

  • Ajo: 7 dientes.
  • Chorizo: 150 gramos, cortado en finas rodajas.
  • Huevos: 4.
  • Pan duro: 8 rebanadas.
  • Pimentón dulce: una cucharadita.
  • Caldo de carne: un litro y medio.
  • Aceite de oliva virgen extra: 40 ml.
  • Laurel: una hoja.
  • Pimienta blanca: una pizca.
  • Sal: una pizca.

Preparación de la sopa de ajo

Estos son los pasos que debes seguir para que tu sopa de ajo quede de primera:

  1. Ten el caldo preparado a fuego lento en una cazuela u olla.
  2. Al mismo tiempo, dora el pan vuelta y vuelta en una sartén, si quieres cambiar la tuya aqui puedes ver un listado de modelos porque necesitas que no se pegue. Cocinalo con media cucharada de aceite de oliva, y resérvalo.
  3. Posteriormente, añade el resto del AOVE a la sartén y procede a dorar los ajos, el chorizo (también puedes utilizar jamón si es más de tu gusto), el pimentón y la hoja de laurel. Remueve unos cuantos segundos hasta que veas que el chorizo ha quedado bien doradito.
  4. Añade a la sartén un vaso de caldo y deja que todo se cueza durante unos dos minutos.
  5. Vuelca el contenido de la sartén en la cazuela donde tienes el caldo, pasa de fuego suave a fuego medio y cocina alrededor de 10 minutos. Hacia el octavo minuto casca los huevos sobre la sopa y deja que la clara se cuaje.

La sopa de ajo ya estará lista para servir.

Presentación de la sopa de ajo

Como ocurre con todas las sopas y caldos, la de ajo debe servirse muy caliente. Habitualmente se presenta en una cazuela de barro.

En general, el maridaje más canónico y extendido es el vino tinto, pero como en este aspecto de la gastronomía no existen reglas inamovibles, puedes degustar la sopa de ajo con el vino que más te guste.

Como toque refinado puedes meter la sopa unos cuantos minutos en el horno antes de servirlo, hasta que se recubra de un costrón.

Las sopas de ajo presentan un gran número de variantes regionales, e incluso familiares, siendo infinitas sus formas de preparación, siempre que se respeten los tres ingredientes básicos de la receta, que son el agua, el pan y el ajo. Sean cuales sean sus otros ingredientes, es un plato delicioso y muy energético que entra bien en cualquier época del año en la que se quiera templar el cuerpo.