Una de las piezas vintage auténticas que muchas personas querrían tener en su casa es una nevera, pero no una nevera cualquiera sino el Cadillac o el Rolex de las neveras, se trata de Frigidaire, la clásica marca de electrodomésticos de consumo norteamericana que tiene modelos que enamoran tan solo con echarles un simple vistazo.
La empresa Frigidaire sigue funcionando desde el año 1919, aunque la nevera fue inventada tres años antes. Fue tal su éxito que pronto pasó a llamarse Frigidaire a cualquier nevera o como se conocía a la versión anterior, Frigerator, algo que no consiguen todas las marcas.
Fabricó una gran variedad de refrigeradores y congeladores, tanto para el mercado profesional como, especialmente, para el mercado de consumo. Contaba con un buen número de modelos como las unidades nevera-congelador, congelador superior, inferior o algunas que tenían estilos de puertas más modernas como las Side-By-Side entre otras.
Como siempre os decimos, los productos de antaño estaban hechos para durar y en aquellos años no se conocía en absoluto lo que hoy es llamado obsolescencia programada, es decir, que los electrodomésticos, así como muchos otros productos, tienen fecha de caducidad, a pesar de que se les proporcione el mejor cuidado posible.
Esto ha hecho que muchas Frigidaire de los años 50 y 60, sigan en pleno funcionamiento, convirtiéndose en objetos de deseo para coleccionistas y para aquellas personas a las que la temática vintage les resulta tan apasionante como para hacer una inversión y conseguir este clásico, pasando a ser, seguramente, una de las piezas más deseadas y queridas de cualquier casa en la que lo vintage esté muy presente.
Hay muchas firmas de electrodomésticos que se han hecho eco de esta tendencia y han presentado sus propias adaptaciones en versión retro pero ya no son lo mismo porque aunque cuentan con diseños parecidos, el espíritu de la Frigidaire no está por ningún lado.
Hoy en día las Frigidaire se pueden conseguir a diferentes precios, siempre dependiendo del estado de conservación con el que cuenten estas, aunque pueden ser compradas sin funcionamiento e ir restaurándolas poco a poco pero su precio final se encarecería notablemente.
A pesar de ello sigue siendo uno de los referentes vintage de todos los tiempos para la cocina junto a las clásicas tostadoras de pan o también con los clásicos hornos de los años 50/60, con lo que se conseguiría una cocina de auténtico ensueño.